En este momento estás viendo Reseña de Melíades, un ensueño mitológico, de Anabel Rico Vicente

Cuando abrí Melíades, un ensueño mitológico, no esperaba encontrarme con un relato que me llevaría a cuestionar las fronteras entre lo humano y lo divino. Anabel Rico Vicente ha tejido una historia que combina la dulzura de lo fantástico con la crudeza de lo real, creando un equilibrio perfecto que logra emocionar y perturbar al lector en igual medida.

La novela comienza con un tono casi poético, donde Teresa, la protagonista, camina ensimismada por un parque que parece sacado de un sueño. Pero pronto, la magia irrumpe en su vida con la aparición de Melíades, una ninfa de los fresnos cuya carismática personalidad transforma la atmósfera. Su relación con Teresa es el núcleo de la historia, y es ahí donde la autora brilla: los diálogos entre ambas están cargados de humor y profundidad emocional, haciendo que el lector conecte con ellas de inmediato.

Uno de los mayores aciertos de Melíades, un ensueño mitológico es la manera en que actualiza los mitos griegos, otorgándoles un contexto moderno. La presencia de Polifemo, reinventado como un ser monstruoso y trágico, añade un nivel de complejidad a la narrativa. Su hambre y su odio se sienten casi palpables, y sus interacciones con Teresa y Melíades están cargadas de tensión y peligro. Es un recordatorio de que incluso los mitos más antiguos pueden seguir siendo relevantes y aterradores en un mundo contemporáneo.

La prosa de Anabel Rico Vicente es rica y detallada, casi cinematográfica. Desde los pequeños detalles, como el aroma dulzón de las flores que rodean a Melíades, hasta las escenas más intensas, como los encuentros con Polifemo, cada página está impregnada de una atmósfera que transporta al lector. Aunque a veces las descripciones pueden parecer extensas, sirven para construir un mundo tangible que mezcla lo urbano con lo fantástico de manera impecable.

Además, la novela aborda temas universales como la soledad, el amor y el sacrificio, lo que la hace resonar más allá de su género. La relación entre Teresa y Melíades no solo es encantadora, sino que también refleja el poder transformador de la amistad, incluso en circunstancias extraordinarias. Por otro lado, los momentos de romance sutil y los destellos de humor equilibran las partes más oscuras de la historia, logrando un ritmo que mantiene al lector enganchado.

En definitiva, Melíades, un ensueño mitológico es una obra que destaca por su originalidad y su valentía al mezclar géneros. Es una novela para quienes buscan algo diferente, para quienes desean perderse en un mundo donde lo imposible parece real. Si alguna vez te has preguntado qué pasaría si los mitos griegos despertaran en nuestra época, este libro es la respuesta que estabas esperando.

¿Quiénes eran las Melíades en las que se inspira el título?

En la mitología griega, las melíades eran ninfas asociadas a los fresnos, árboles considerados sagrados y relacionados con la creación de la humanidad y los guerreros. Estas ninfas, también conocidas como las ninfas del fresno, surgieron de la sangre derramada de Urano cuando Cronos lo castró. Este acto dio lugar no solo a los gigantes y a las Erinias, sino también a estas ninfas, que personifican un vínculo entre la naturaleza y la fuerza primordial.

Las Melíades no solo estaban relacionadas con los fresnos, sino también con la madera de este árbol, que era utilizada para fabricar lanzas y herramientas. Por ello, estaban estrechamente vinculadas a los aspectos bélicos y la supervivencia de los primeros humanos. En los mitos, estas ninfas tenían un carácter protector, favoreciendo a los guerreros y cuidando los bosques donde crecían los fresnos, que eran vitales para la vida y la guerra. Como ninfas, las Melíades eran inmortales, pero también estaban profundamente conectadas con los ciclos de la naturaleza. Su existencia estaba entrelazada con la vida de los fresnos; si un árbol moría, su ninfa correspondiente también desaparecía. Esto reforzaba la idea de un equilibrio sagrado entre los humanos y la naturaleza, recordando la necesidad de respetar los recursos naturales.