Cuando hablamos de los dioses y entidades primordiales en la mitología griega, Tánatos emerge como una figura enigmática y fundamental, personificando un aspecto inevitable de la experiencia humana: la muerte. Tánatos, el dios de la muerte tranquila y pacífica, juega un papel esencial en el ciclo de la vida y la cosmogonía griega. Su historia y función arrojan luz sobre la comprensión que los antiguos griegos tenían de la mortalidad y la transición de la vida a la muerte.
Tánatos se encuentra en un punto crucial entre la vida y la muerte, y su presencia se siente en la mitología, la filosofía y la cultura griega clásica. En este viaje a través del reino de Tánatos, exploraremos su origen, su relación con otras deidades, sus mitos y su representación. También discutiremos su dualidad con Eros, el dios del amor, que, paradójicamente, comparte un vínculo intrincado con la muerte. Adentrémonos en el oscuro y fascinante mundo de Tánatos, un dios que nos recuerda que la muerte es una parte inevitable de la existencia humana y que, a su manera, también es un aspecto esencial de la belleza de la vida.
Origen y función de Tánatos en la mitología griega
En la mitología griega, Tánatos es el dios de la muerte pacífica, una figura cuyo origen y función desempeñan un papel crucial en la comprensión del mundo mitológico griego. Su nombre proviene de la palabra griega «thanatos», que significa «muerte», y su ascendencia lo vincula con aspectos fundamentales del cosmos en la Grecia Antigua. Tánatos es hijo de Nix, la personificación de la noche, y Érebo, la personificación de la oscuridad primordial. Esta ascendencia lo coloca en la categoría de deidades primordiales, conectado con elementos esenciales que existían antes de la creación del mundo, tal como se conocía.
Fue representado en algunas ocasiones como un joven alado con rasgos sombríos. Este aspecto incluía alas que simbolizaban su capacidad para transportar las almas de los difuntos al inframundo. Tánatos a menudo sostenía símbolos que representaban su función, entre estos símbolos se incluían una mariposa, que simbolizaba la transformación del alma después de la muerte, y una corona o antorcha invertida. También podía llevar una espada en su cinturón, lo que representaba tanto su capacidad para llevar a cabo su tarea como el aspecto inevitable y, a veces, violento de la muerte.
Según los relatos de Hesíodo y Homero, Tánatos tenía la función de llevarse a aquellas personas que, según los oráculos, debían fallecer en circunstancias pacíficas, presumiendo de un toque especial y suave como la ceda. En otras versiones, se le menciona como el «Dios de la muerte heroica», o también como un mensajero de la muerte, llevando a los mortales al otro lado cuando llega su hora. A rasgos generales, es un ser compasivo y benevolente, en contraposición a la imagen temida de la muerte representada por Hades.
Relación con Eros, Hipnos y las Keres
Uno de los vínculos más destacados de Tánatos es su relación con Eros, el dios del amor. A pesar de no estar emparentados de ninguna forma, ambos personifican dos fuerzas aparentemente opuestas pero profundamente interconectadas en la experiencia humana: el amor y la muerte. Esta dualidad refleja la complejidad de la vida, donde el amor puede surgir y florecer en medio de la mortalidad, y la muerte puede ser un aspecto inevitable y a menudo trágico de la experiencia amorosa.
Tánatos también comparte una relación cercana con su hermano Hipnos, el dios del sueño, y juntos desempeñan un papel crucial en el ciclo del día y la noche. De hecho, según Homero, Tánatos tenía un rol muy cercano y familiar que compartía con su hermano Hipnos, ya que ambos se turnaban cada noche para ver quién inducía el sueño en cada persona. La idea de la muerte y el sueño estaban fuertemente relacionadas en la Grecia Antigua, argumentando que, en ocasiones, los hermanos tomaban la responsabilidad de adormecer a los moribundos y ancianos, proporcionándoles un paso apacible hacia la muerte.
Por último, es importante mencionar la relación contrastante de Tánatos con las Keres, espíritus femeninos asociados con la muerte violenta y la destrucción. Mientras que Tánatos personifica una muerte tranquila y serena, las Keres encarnan la muerte en su aspecto más caótico y aterrador, especialmente en el campo de batalla. Esta diferencia resalta aún más la singularidad de Tánatos en su papel como dios de la muerte pacífica y su importancia en el panorama mitológico griego, donde se exploran profundas reflexiones sobre la vida, el amor y la inevitabilidad de la muerte.
El encargo de Zeus para los gemelos
El rey de los dioses, Zeus, reconocía la velocidad con la que Tánatos e Hipnos recorrían todo el mundo en cuestión de horas para así repartir el sueño o la muerte a aquellos que lo necesitasen. Zeus encargó a los gemelos transportar el cuerpo de su hijo fallecido, Sarpedón, hasta Licia, en favor de que este recibiera todos los honores, condecoraciones y rituales necesarios para una sepultura digna. Sarpedón fue un hombre de cualidades muy especiales, hijo de Zeus y que, sin llegar a ser considerado un Dios, logro vivir más de 3 generaciones. Por desgracia, vio un amargo final en la gran Guerra de Troya a manos del licio, Patroclo.
Para cumplir con el encargo, Zeus previamente acudió a Apolo, y le ordeno que tomase el cuerpo sin vida de Sarpedón, lo sumergiese en un río para purificar su sangre, untara su cuerpo con ambrosía y le vistiese con el ropaje digno de los inmortales. Posteriormente, los hermanos Hipnos y Tánatos recibieron el cadáver en perfectas condiciones de Sarpedón, y lo llevaron en un abrir y cerrar de ojos a la tierra de Zeus.
La artimaña de Apolo y Admeto
La historia comienza cuando Admeto se encuentra gravemente enfermo, casi al borde de la muerte. Sin embargo, debido a su devoción y amistad con Apolo, el dios del sol, este último intercede en su nombre. Apolo persuade a las Moiras, las Parcas del destino, para que permitan que Admeto evite la muerte, con una condición: alguien más debe ofrecer su propia vida en lugar de Admeto. Ante la negativa de sus padres, solo su esposa Alcestis podía cumplir con el encargo, sin embargo, Hércules retuvo a Tánatos cuando reclamo el alma de la mujer, sometiéndolo a la fuerza e intentando persuadirlo de que la joven no debía cargar con el miedo y la responsabilidad de un hombre que juega a ser dios.
Por suerte, Tánatos sentía aversión ante los juegos y artimañas que los dioses en ocasiones creaban para que este no cumpliese con su función en el ciclo de la vida, razón por la cual dejo libre a Alcestis. Luego de esta pequeña derrota, Tánatos adquirió mucho más respeto en el panteón griego, llegando inclusive a tomar la responsabilidad de llevarse al mismísimo Hércules cuando llego su turno para morir. A grandes rasgos, este engaño de Apolo permitió a Admeto evitar la muerte temporalmente, pero también provoco en él un profundo arrepentimiento; viviría el resto de sus días con pena al escapar del destino que merecía.
Tánatos en el área de psicoanálisis
La figura de Tánatos, el dios griego de la muerte pacífica, ha encontrado un eco en el campo del psicoanálisis, específicamente en la teoría desarrollada por Sigmund Freud. En la teoría freudiana, Tánatos se refiere al impulso de la muerte o la pulsión de muerte, una de las dos fuerzas fundamentales que, según Freud, impulsan la conducta humana, la otra siendo la pulsión de vida o Eros.
- Pulsión de muerte: Freud introdujo la idea de Tánatos como una fuerza intrínseca en la psicología humana que tiende hacia la autodestrucción y la aniquilación. Esta pulsión representa un impulso de regresar al estado inorgánico, una especie de deseo de no existencia. Contrarresta la pulsión de vida (Eros), que busca la supervivencia, la reproducción y el placer. Freud argumentó que estos dos impulsos operan en constante conflicto y equilibrio, dando forma a la personalidad y el comportamiento de las personas.
- Función de defensa: En el psicoanálisis, la pulsión de muerte puede manifestarse en comportamientos autodestructivos o en la represión de impulsos agresivos hacia los demás. También se ha relacionado con la ansiedad y la necesidad de establecer mecanismos de defensa psicológica para protegerse de la angustia que proviene de la conciencia de la mortalidad.
- Simbolismo: La idea de Tánatos ha sido utilizada simbólicamente en el psicoanálisis para explorar temas como la autoestima, la autodestrucción y la relación entre el individuo y la muerte. De la misma manera, también ha influido en la comprensión de las dinámicas humanas en la psicología clínica.