Representa el fin último, Tecmor es el cierre de ciclos y la culminación de los destinos. En las narrativas primigenias, Tecmor basa toda su esencia y rol divino con el concepto de finalidad, marcando el límite de los designios divinos y el cumplimiento de los ciclos universales. Al ser vinculado al término y cierre de todas las cosas, Tecmor se convierte en la personificación de la culminación, el término de la existencia.
La enigmática figura de Tecmor no solo representa el cese de los ciclos cósmicos, sino también simboliza el tránsito hacia nuevos comienzos y la eterna renovación. A través de su presencia, se plantea la reflexión sobre el inevitable desenlace que conduce al renacimiento y la continuidad de la vida. Así pues, veamos todo lo relacionado con esta divinidad primordial, cuyo nombre evoca el clímax en el entramado mitológico griego.
Familia de Tecmor
En la rica tela mitológica griega, se le describe como la encarnación del cese, el fin supremo que marca el culminar de cada senda y destino. Según los relatos de Alcmán, Tecmor nace de Thesis, una figura que con el tiempo asume las cualidades de Tetis, lo que otorga a Tecmor un linaje divino singular. En la genealogía mítica, Tecmor es hermano de Poros, encarnación del principio y el comienzo de todas las cosas.
Esta relación fraternal ilustra la dualidad inherente al universo: el inicio y el término, unidos en una complementariedad cósmica. Siendo el segundo en nacer de Thesis, Tecmor encarna la inevitable conclusión, la meta y el final de cada trayectoria. Este dios primigenio, cuyo nombre evoca la noción de un poste de meta, simboliza el límite trascendental de los designios divinos y el colofón de cada existencia.
Rol en la mitología griega
Thesis, personificando la creación, engendra a dos hijos: Poro y Tecmor, quienes representan la dualidad intrínseca de toda existencia. Poro, como la personificación del principio y el comienzo de todas las cosas, yace como el primer hijo de Thesis, encargado de marcar el inicio, la oportunidad, y la apertura de cada trayectoria en el universo. Su hermano, Tecmor, se revela como el complemento esencial, personificando el fin, el término inexorable que cierra cada ciclo de existencia.
Estos dos hermanos divinos, Poro y Tecmor, actúan como los pilares cósmicos de la creación. Juntos, se encargan de regular el flujo incesante del tiempo y la experiencia, dotando a cada entidad, ser o fenómeno del universo de un principio y un fin definidos. La dinámica entre ambos refleja la armonía y la necesidad de la existencia de ambas fuerzas: el inicio y el cese, entrelazados en la compleja trama del devenir universal.
Influencia de Tecmor en la creación del universo
En la narrativa cosmogónica de Tecmor, Tesis, el poder generativo, da a luz primero a Poros y luego, emerge Tecmor. El poder creador de los tres dioses, Thesis, Poros y Tecmor, comienza a transformar la masa informe del universo en una estructura definida y distinguible. A partir de esta interacción, surgen otros entes cósmicos: Amar, personificación del día, Skotos, la oscuridad, Melana, la Luna, y Marmarugas, las estrellas. Tecmor, como el cierre de cada ciclo y la definición del término, confiere límites y orden al devenir universal, complementando la labor iniciadora de Poros y el poder creador de Tesis en la configuración del cosmos.