En este momento estás viendo Eolo, el soberano de los vientos

Hijo de Hípotes y descendiente de los dioses, Eolo es conocido como el «guardián de los vientos». Se trata del soberano de la isla Eolia, un lugar en el que reina junto a su esposa y sus numerosos hijos, seis varones y seis mujeres. Eolo tiene la capacidad de controlar los vientos, liberándolos o atándolos según su voluntad. Este poder lo convierte en una figura clave en varios relatos mitológicos, siendo uno de los más destacados su encuentro con Odiseo en la Odisea de Homero.

En la obra homérica, Eolo ofrece su ayuda a Odiseo en su largo viaje de regreso a Ítaca, dándole un saco que contiene los vientos desfavorables. Este episodio resalta la naturaleza tanto benévola como caprichosa de Eolo, quien, aunque poderoso, no es inmune a la imprevisibilidad de los mortales. Así pues, conozcamos en profundidad algunos de los aspectos más destacados del personaje conocido como Eolo en la mitología griega.

Interferencia de Eolo en los destinos de Jasón y Eneas

En Las Argonáuticas de Apolonio de Rodas, Eolo ayuda a Jasón y a los argonautas, cuando, a petición de Hera, calma todos los vientos, excepto el viento del oeste, conocido como el «firme», permitiendo que los héroes naveguen sin obstáculos hacia su destino. Por otra parte, en La Eneida de Virgilio, Eolo se ve utilizado por la diosa Juno (equivalente romana de Hera), quien, movida por su odio hacia los troyanos, le pide que destruya las naves de Eneas.

A cambio, Eolo recibe la promesa de la ninfa Deyopea como esposa. Eolo, al recibir la orden, desata los vientos con furia, causando una tormenta que pone en grave peligro a las embarcaciones troyanas. Sin embargo, Neptuno, dios del mar, furioso por la intervención su dominio, ordena a los vientos que se retiren y restablece la calma, evitando la destrucción de Eneas y sus hombres.

Una equivocación casi irreparable de los hombres de Odiseo

Después de escapar del Cíclope Polifemo, Eolo recibe a Odiseo y a sus hombres en la isla Eolia, donde les ofrece hospitalidad durante un mes. Durante su estancia, Eolo, interesado en las peripecias de Odiseo, le obsequia una bolsa de cuero que contiene los vientos borrascosos, excepto el viento del oeste, que debe llevarlos de manera segura hacia su hogar.

Sin embargo, los hombres de Odiseo, convencidos de que la bolsa guarda riquezas ocultas, la abren mientras su líder cae en un profundo sueño. Al liberar los vientos borrascosos, desatan una tormenta que arrastra la nave de vuelta hasta la isla Eolia. Cuando Odiseo regresa a pedir ayuda, Eolo, furioso por la desobediencia de los hombres y sintiendo que los dioses lo han abandonado, rechaza ofrecerles más ayuda, expulsándolos de la isla con desprecio. Eolo le reprocha a Odiseo: «¡Sal de la isla y muy pronto, malvado más que ninguno de los que hoy viven! No me es permitido tomar a mi cuidado y asegurarle la vuelta a un varón que se ha hecho odioso a los bienaventurados dioses.»