En este momento estás viendo Odiseo: El héroe más grande de Ítaca

En los anales de la mitología griega, pocos nombres brillan con la misma intensidad que el de Odiseo, el astuto y valiente héroe de Ítaca. Conocido por su ingenio incomparable y su valentía en tiempos de guerra y viajes épicos, Odiseo es una figura inmortalizada en las páginas de la literatura clásica y el legado histórico. Su vida está entrelazada con proezas inigualables, en las que se entremezclan la astucia, la audacia y la resistencia contra los designios de los dioses. Así pues, el rey de Ítaca se eleva como el arquetipo de la inteligencia estratégica y la perseverancia.

Su viaje de regreso tras la Guerra de Troya, inmortalizado en la «Odisea» de Homero, es un relato épico de obstáculos, enfrentamientos con dioses y monstruos, y un eterno anhelo por retornar a su hogar y su amada Penélope. Su ingenio le permitió superar desafíos insondables, desde el encuentro con cíclopes hasta las artimañas de las sirenas. Este artículo se sumerge en las profundidades de la vida y los logros de Odiseo, explorando sus hazañas, su liderazgo, su destreza como navegante y estratega, y su legado como el héroe más grande de Ítaca.

Nacimiento y juventud de Odiseo

El nacimiento y los primeros años de Odiseo, también conocido como Ulises en la mitología romana, se dio gracias a Laertes y Anticlea, soberano de Ítaca y líder de los cefalonios. La cuna de su astucia fue forjada en las enseñanzas del sabio centauro Quirón, como discípulo junto a otros héroes legendarios. Su juventud se tiñó de hazañas marcadas por encuentros con seres míticos y la adquisición de habilidades excepcionales. En el monte Parnaso, una cacería de jabalí dejó una cicatriz en su rodilla, un sello que identificaría su regreso a Ítaca tras la guerra de Troya.

Llegada su adultez, Odiseo construyó el reino que había heredado de su padre Laertes, destacando por su generosidad y respeto hacia los dioses, especialmente a Atenea, quien lo protegía. Atraído por la belleza de Helena, se presentó como pretendiente en su palacio, pero al comprender sus limitadas posibilidades, buscó a Penélope, hija de Icario, asegurando su mano al obtener la ayuda de Tindáreo.

Sin embargo, la historia se tornó tumultuosa cuando el rapto de Helena por Paris desencadenó una campaña, donde Odiseo intento no participar fingiendo locura, pero que fue descubierto por Menelao y Palamedes. Su papel en la preparación de la expedición a Troya fue crucial, asegurando la participación de Aquiles y, más tarde, de su propio hijo Neoptólemo. En otras versiones, Odiseo intervino como embajador, buscando una solución pacífica antes de las hostilidades y fallando en el intento.

La sangrienta Guerra de Troya

La épica de Homero, la Ilíada, despliega la presencia de Odiseo en diversos episodios cruciales. Desde su audaz astucia al devolver a Criseida al sacerdote Crises hasta su participación en la contienda singular entre Paris y Menelao, su impronta se teje en una trama de estratagemas y habilidades marciales. En el fragor del combate, la valentía de Odiseo se manifiesta al vengar la muerte de sus camaradas y al enfrentarse a desafíos monumentales.

Su pericia en la guerra se manifiesta en múltiples encuentros, desde la emboscada al joven Dolón hasta su participación en la misión de espionaje junto a Diomedes, donde capturaron al vidente Héleno. Además, su influencia estratégica también se observa en la persuasión a Aquiles para unirse a la expedición, asegurando así el aporte vital del legendario guerrero a la causa griega. Odiseo desempeñó roles cruciales en la adquisición de las armas de Hércules y en el robo del Paladión, un símbolo esencial para la inexpugnabilidad de Troya.

La culminación de su genialidad estratégica se manifiesta en la emblemática artimaña del caballo de madera. Ideado por Odiseo, este ingenioso ardid persuadió a los troyanos para que introdujeran el gigantesco artilugio en la ciudad, permitiendo a los guerreros griegos, ocultos en su interior, infiltrarse y desencadenar la caída de Troya. La Guerra de Troya, ricamente narrada en relatos homéricos y otras fuentes, resplandece con la sagacidad y el arrojo de Odiseo, cuya astucia y valor definieron casi en su totalidad el destino del conflicto.

Viaje a Ítaca luego de 20 años

El viaje de regreso de Odiseo a Ítaca, tras veinte años lejos de su hogar, fue una travesía marcada por innumerables desafíos y peligros que ponían a prueba su astucia y resistencia; inició su odisea tras la guerra de Troya, enfrentando obstáculos que prolongaron su retorno. Desde las costas de los cicones, donde se saqueó la ciudad y se llevó mujeres y bienes, hasta el encuentro con los Lotófagos, cuya planta provocaba el olvido de la patria, cada parada presentaba nuevos dilemas para Odiseo y sus compañeros. El enfrentamiento con el cíclope Polifemo, hijo de Poseidón, dejó a algunos de sus hombres devorados y atrajo la ira del dios del mar, desencadenando tormentas y prolongando su viaje por diez años más.

Las diversas paradas, desde la isla de los cíclopes hasta el encuentro con Eolo, el rey de los vientos, quien le dio un frasco con los vientos favorables, representaron oportunidades frustradas debido a la imprudencia de su tripulación, que liberó los vientos contrarios en su curiosidad, desviando nuevamente su rumbo. Por último, los Lestrigones, gigantes que atacaron y destruyeron parte de su flota, añadieron más adversidad a su travesía, sumiéndolos en mayores dificultades antes de llegar a su destino.

Relación con Circe

La relación de Odiseo con Circe y su retención en la isla de Calipso representan dos capítulos significativos en su odisea de regreso a Ítaca, ambos marcados por situaciones encantadas y desafíos que probaron su astucia y resistencia. El primer episodio se desarrolló en la isla de la hechicera Circe, donde sus hombres fueron convertidos en cerdos por el poder de la diosa. Odiseo, asistido por Hermes y un regalo del dios mensajero que lo hizo inmune a los encantamientos de Circe, logró revertir el hechizo. A pesar del comienzo tumultuoso, Odiseo y Circe desarrollaron una relación compleja que se extendió durante un año. Durante su estancia, Circe aconsejó a Odiseo que visitara el inframundo en busca de consejo de Tiresias, el vidente tebano, quien le proporcionaría direcciones cruciales para su viaje de regreso a casa.

En su viaje al inframundo, Odiseo se encontró con varios héroes y su propia madre, quienes le brindaron información y consejos valiosos. Al regresar al mundo de los vivos, Circe advirtió a Odiseo sobre las sirenas, criaturas marinas con un canto encantador que atrapaba a los navegantes. Siguiendo sus instrucciones, Odiseo bloqueó los oídos de su tripulación con cera y se ató al mástil del barco para resistir el cautivador canto.

Retención en la Isla de Calipso

Después de superar las sirenas, se enfrentaron a Escila y Caribdis, dos peligrosos monstruos marinos. A pesar de perder a seis de sus compañeros, el barco logró sobrevivir. Sin embargo, una breve parada en Trinacia llevó a un trágico evento: los hombres hambrientos desobedecieron las advertencias anteriores de Tiresias y mataron las vacas de Helios, provocando la ira del dios y la destrucción del barco, dejando a Odiseo como el único superviviente.

Odiseo, después de nueve días a la deriva, llegó a la isla de Ogigia, donde estuvo encarcelado durante cinco años por la ninfa Calipso. A pesar de disfrutar de su estancia y tener un hijo con ella, Odiseo anhelaba regresar a Ítaca. Con la intervención divina, Calipso ayudó a Odiseo a construir una balsa para intentar nuevamente el viaje de regreso a su patria; sin embargo, Poseidón, resentido, creó una tormenta para destruir la balsa. Odiseo llegó a la isla de Esqueria, donde fue cuidado por Nausícaa, la hija del rey Alcínoo, luego con la ayuda de los feacios, finalmente regresó a Ítaca.

Conflictos en Ítaca por su esposa Penélope

Luego de muchos años, Odiseo encontró su reino invadido por un nutrido grupo de pretendientes, 108 en total, que buscaban casarse con su esposa Penélope y consumían los recursos del palacio. La situación llegó a un punto crítico cuando los pretendientes, desesperados por su persistente negativa a casarse, planeaban acabar con la vida de Telémaco, el hijo de Odiseo.

Siguiendo el consejo de Atenea, Odiseo, disfrazado de mendigo, regresó a su palacio y evaluó la situación. A pesar de las burlas y maltratos por parte de los pretendientes, el héroe comenzó a urdir un plan para liberar el palacio de estos intrusos. Penélope, sabia y astuta, desafió a los pretendientes a tensar el antiguo arco de Odiseo y disparar una flecha a través de doce hachas. Una tarea que ninguno pudo cumplir con éxito.

En un giro sorprendente, el mendigo reveló su verdadera identidad al mostrar una fuerza extraordinaria para tensar el arco y disparar una flecha certera. Odiseo, despojándose de su disfraz, sembró el pánico entre los pretendientes, y con la ayuda de Telémaco, cerraron las puertas y aseguraron las armas, dejando a los intrusos sin escapatoria. Con su arco letal, Odiseo enfrentó a los pretendientes uno por uno, vengando la invasión de su hogar y recuperando su reino.

Fue una batalla desigual, donde el héroe, con valentía y astucia, restauró su autoridad legítima y puso fin al reinado de los intrusos. Sin embargo, la violencia y la matanza atrajeron la ira de los padres de los pretendientes muertos, pero la intervención de Palas (Atenea) y el consejo de Zeus condujeron a la reconciliación, estableciendo la paz y la prosperidad en Ítaca una vez más.

Último viaje a Tesprotia y muerte a manos Telégono

En el último poema del ciclo troyano, la «Telegonía», se relata el viaje de Odiseo al país de los tesprotos, donde termina casándose con la reina Calídice. Tras la muerte de Calídice, regresa a Ítaca, donde Penélope había dado a luz a Poliportes; es entonces cuando Telégono, hijo de Circe y Odiseo, emprende su búsqueda para encontrar a su padre. Al llegar a Ítaca, Telégono, sin saber que Odiseo era su padre, se encuentra en una trágica batalla con él y lo mata accidentalmente. Al reconocer su error, se lamenta profundamente y lleva el cuerpo de Odiseo a Penélope junto a Circe. Tiempo despues, Telégono termina casándose con Penélope, su madrastra, mientras que Telémaco, hijo de Odiseo y Penélope, se casa con Circe.

Sin embargo, algunas versiones posteriores de la historia presentan variaciones. En una de ellas, se menciona que Penélope fue seducida por uno de los pretendientes y Odiseo la devolvió a su padre o, en versiones más extremas, se cuenta que la mató. Además, se relata que Neoptólemo, hijo de Aquiles, actuó como árbitro y desterró a Odiseo por homicidio, mientras condenaba a los familiares de los pretendientes a pagar una indemnización anual a Odiseo por los daños causados. En un gesto de generosidad, Odiseo cedió este beneficio a su hijo Telémaco antes de partir a Italia o Etolia, donde viviría hasta una edad avanzada.

Al envejecer, se relata que Odiseo disfrutaba vorazmente de grandes trozos de carne y dulce vino. La leyenda sugiere incluso que Odiseo podría haber sido el fundador de Lisboa, ya que el antiguo nombre de la capital portuguesa, Olissipo, ha sido interpretado por algunos historiadores como una referencia a Ulises como supuesto fundador.

Descendencia de Odiseo

Odiseo, el héroe griego conocido por sus épicas aventuras y su prolongada ausencia de Ítaca, tuvo una extensa descendencia a lo largo de sus viajes y peripecias. Con Penélope, su esposa fiel, Odiseo tuvo a Telémaco, quien se destaca como su hijo más conocido y celebérrimo, siendo su descendencia más prominente y reconocida. Sin embargo, las versiones posteriores y menos conocidas agregan más a su descendencia:

  • Con Circe: Odiseo tuvo varios hijos. Agrio y Latino se mencionan entre los hijos concebidos en su unión con Circe. Además, Telégono, nacido con la mediación de la diosa Afrodita, gobernó sobre los tirrenos, muy lejos, en las islas sagradas. Versiones alternativas sugieren que los hijos de Odiseo y Circe eran Romo, Anteas y Ardeas, vinculándolos a diferentes territorios itálicos.
  • Con Calipso: Tuvo dos hijos, Nausítoo y Nausínoo, cuyos nombres significan «marinero impetuoso» y «marinero hábil», respectivamente.
  • Con Calídice, reina de los tesprotos: Engendró a Polipetes, quien después de la muerte de su madre asumió el trono de Epiro.
  • Con Evipe, la hija del rey de Dodona: Tuvo a Euríalo o Leontofrón, quien trágicamente fue asesinado por error por Odiseo.
  • Con una hija innominada de Toante, rey de Etolia: Tuvo a Leontófono, su último hijo antes de su fallecimiento por edad avanzada.