En la historia antigua emerge la figura imponente y legendaria de Memnón de Etiopía, un rey cuyo nombre resuena en las crónicas épicas y mitológicas. Alguna vez soberano de Etiopía, Memnón se erige como un ícono de valentía y liderazgo en las narrativas ancestrales. Su leyenda se entrelaza con hazañas en los campos de batalla y una genealogía que le otorga una dimensión casi divina. Reverenciado por su destreza como guerrero y amado por su sabiduría, su historia se entreteje con la épica griega y las travesías míticas de la mitología clásica.
Este monarca legendario despierta la curiosidad de historiadores y mitólogos por igual, fusionando la historia con el misticismo en una amalgama de relatos fascinantes. En este recorrido, exploraremos las hazañas y los misterios que envuelven a Memnón: desde su representación en el arte de las civilizaciones que nos precedieron, hasta su participación en el gran conflicto conocido como la Guerra de Troya. Adentrémonos juntos en el enigma de Memnón, el rey guerrero cuyo nombre resuena a través de las eras.
La defensa de Troya y muerte de Memnón a manos de Aquiles
La épica de Memnón, líder audaz y estratega prodigioso, hijo Titonos y de la Aurora (Eos), comienza con su llegada a las puertas de Troya trayendo consigo una amalgama de esperanza y temor. Este semidiós, forjado en las leyendas de la antigüedad, se unió a la contienda troyana como un aliado clave, arribando con un ejército formidable que eclipsaba la imaginación. Sus habilidades para el combate y la gloria de sus victorias en el campo de batalla resonaban en cada relato. A la sombra de sus hazañas, se tejían paralelismos con Aquiles, ambos dotados de virtudes excepcionales que desafiaban las nociones de la cultura guerrera de la época.
En el fragor del conflicto, Memnón enfrentó a los héroes griegos, ganando renombre y respeto con su coraje y honor, acabando con la vida de Antilocó y perdonando la vida de su padre Nestor. Su duelo épico con Aquiles, dos semidioses colosales armados con armaduras divinas forjadas de Hefesto, se convirtió en una verdadera leyenda, un choque de dos titanes que atrajo la atención inclusive de los mismos dioses olímpicos. El trágico desenlace de esta confrontación épica resonó en el corazón de la guerra de Troya, pues Aquiles, imbuido por la furia, dio muerte al rey etíope.

Según la leyenda, su madre Eos envió a sus hermanos, los cuatro vientos de cada dirección, para que recogiesen el cuerpo de su difunto hijo, por quien lloro incansablemente noche tras noche. Inclusive se dice que sus lágrimas son aquello que conocemos hoy en día como las gotas de rocío que caen por la mañana. Zeus, conmovido por la tristeza de la diosa, le otorgo la inmortalidad a Memnón, aunque en otras versiones del relato se dice que su cuerpo descansa en la desembocadura del río Aesépos, en Hellespont.
Representación en el arte
En las cerámicas y los jarrones de figuras negras, Memnón es comúnmente representando, rodeado por su ejército etíope, ataviado con su imponente armadura forjada por los dioses. Por otro lado, el combate entre Memnón y Aquiles ha sido inmortalizado de diversas formas, desde ánforas hasta frescos, la escena del duelo entre ambos guerreros se ha grabado en la memoria artística de la época, con sus madres, testigos dolientes, presenciando la tragedia.
El momento de su fallecimiento también aparece en una de estas obras, en ella se puede ver el momento donde Eos, la Aurora, extendiendo sus alas para emprender vuelto, levanta el cuerpo sin vida de su hijo. Esta imagen, capturada en ánforas y kylikes, se asemeja a la pieta cristiana, mostrando un momento conmovedor de duelo y lamento materno. Incluso en la era romana, el nombre de Memnón se otorgó a una de las colosales estatuas del Templo de los Millones de Años de Amenhotep III en Egipto. Hoy en día, las pinturas y esculturas que le representan hacen hincapié en su piel oscura y rasgos africanos, como un símbolo de la fuerza otorgada por su etnia africana.
Otras menciones de Memnón a lo largo de la historia

En la Edda de Snorri, una obra que relata las leyendas nórdicas, se evoca un vínculo singular entre los dioses nórdicos y la antigua Troya. Menciona a «Múnón o Mennón», una versión de Memnón, como un rey troyano casado con la hija de Príamo. De esta unión nace Trór, cuya figura es equiparada con el poderoso Thor en la mitología nórdica, uniendo así dos mundos y épocas distantes en una línea de ascendencia legendaria.
En otra vertiente histórica, el historiógrafo español Gil González de Ávila resalta la presencia de Astyr o Astur, uno de los escuderos de Memnón, procedente del Oriente. Se sugiere que el nombre derivado de este personaje es la raíz de «Asturica Augusta», el antiguo nombre de la ciudad romana que precedió a la actual Astorga en Castilla. Además, se conecta con el nombre de la tribu de los Astures, que habitaban la región.