Adentrándonos en la mitología griega, los Alóadas eran dos gigantes gemelos llamados Oto y Efialtes, hijos del dios Poseidón y Ifimedea, esposa de Aloeo. El nombre de «Alóadas» proviene de su padre, Aloeo, quien es también una figura destacada en algunos relatos. Desde temprana edad, los gemelos mostraron un tamaño y una fuerza extraordinarios; se dice que a los doce años ya medían seis codos y medio de altura, lo que los hacía aún más temibles.

Los Alóadas eran conocidos por su agresividad y su desafío a los dioses del Olimpo. Se los describe como seres inmensos, con una fuerza incomparable, y su ambición los llevó a intentar tomar el control del cielo, un acto que no pasó desapercibido para los dioses. La hermana de los gemelos, Plátano o Elate, también era una figura impresionante en tamaño, considerada tan grande como sus hermanos. Entre osadías y destrucción, conozcamos todos los detalles relacionados con el mito de los Alóadas por medio de este artículo.
El asalto al olimpo y la muerte de los gemelos
En su imparable deseo de desafiar a los dioses, los Alóadas decidieron asaltar el monte Olimpo. Para llevar a cabo su plan, apilaron dos montañas, el monte Osa sobre el Pelión, que tienen 1550 y 1650 metros de altura respectivamente. Esta audaz acción simbolizaba su deseo de invadir el hogar de los dioses, un acto de arrogancia sin igual. Además, los gemelos se habían enamorado de dos diosas: Efialtes de Hera y Oto de Artemisa, lo que agudizaba aún más su desafío contra el Olimpo.
Durante su asalto, los gemelos lograron secuestrar a Ares y lo mantuvieron prisionero en una vasija de bronce durante trece meses. Sin embargo, Hermes, el dios mensajero, liberó a Ares al robar la vasija. Más tarde, Artemisa, en un intento por escapar, se transformó en una cierva y saltó entre los dos hermanos. Al perseguirla, los Alóadas, cegados por su deseo, lanzaron flechas, y en un trágico giro, cada uno mató al otro.
Según algunas versiones, fue Apolo quien envió la cierva para que los gemelos se mataran entre sí. En el más allá, los Alóadas no eludieron su castigo. En los Infiernos, se decía que estaban atados a una columna, rodeados de serpientes, mientras una lechuza posada sobre ellos les daba la espalda, un eterno recordatorio de su hubris y su fracaso frente a los dioses del Olimpo.
Los Alóadas como precursores de la humanidad
Aunque los Alóadas son conocidos principalmente por su desafío a los dioses y su trágico final, también existen versiones de su mito que los presentan como figuras fundadoras de la civilización. Se les atribuye la fundación de varias ciudades y la enseñanza de la cultura a la humanidad, lo que les confiere un rol en la civilización temprana. En Naxos y Beocia, especialmente en la ciudad de Ascra, los gemelos eran altamente venerados. Además, se les reconoció como los primeros en sacrificar a las Musas, estableciendo el monte Helicón como su lugar sagrado, lo que simboliza su conexión con la cultura y la sabiduría.
Diodoro Sículo relata en su Biblioteca histórica un mito relacionado con la isla de Naxos, que muestra el carácter heroico de los gemelos. Según la leyenda, los tracios secuestraron a las mujeres de Tesalia, incluida su madre Ifimedea, y las llevaron a la isla Estróngile. Oto y Efialtes, al mando de las tropas, zarparon hacia la isla y derrotaron a los tracios, liberando a las mujeres. Por este acto heroico, los habitantes de Naxos comenzaron a venerarlos, considerando a los Alóadas como protectores y benefactores. Su tumba era mostrada en Antedón, un símbolo de su veneración en lugares como Naxos, Creta y Caria.