En este momento estás viendo Penélope: La fiel esposa de Odiseo

Como esposa de Odiseo, el astuto rey de Ítaca, Penélope tejía el hilo de su destino con la paciencia de una tejedora magistral. Tras la Guerra de Troya, en la que su amado marido partió hacia el conflicto, ella aguardó su regreso durante veinte largos años. Su corazón y su hogar se convirtieron en un símbolo de esperanza y fidelidad, incluso en cuanto a una ausencia tan prolongada.

La astucia de Penélope se desplegó en su ingenioso artificio para sortear a los pretendientes que ansiaban su mano y el trono de Ítaca, urdiendo estratagemas y manteniendo viva la esperanza del retorno de Odiseo. Su temple, su inteligencia y su persistencia para mantener la llama de su amor y su reino son relatos atemporales que perduran como un ejemplo de la lealtad conyugal. Con esto en mente, conozcamos al detalle la leyenda de Penélope, esposa de Odiseo.

El mito de sus numerosos pretendientes

Mientras su esposo luchaba en la Guerra de Troya y se aventuraba en su largo viaje de retorno, Penélope se enfrentaba a los asedios persistentes de los pretendientes que ocupaban su hogar, consumiendo sus bienes y presionándola para elegir un nuevo esposo. Para eludir esto, ella prometía elegir esposo cuando terminara de tejer un sudario para el anciano rey Laertes, suegro de Odiseo. Sin embargo, cada noche deshacía lo que había tejido durante el día, perpetuando así la espera y manteniendo su lealtad a Odiseo.

Durante años, Penélope tejía y destejía, burlando con maestría a los pretendientes, hasta que una confidente reveló su secreto, forzándola a terminar el sudario. En ese preciso momento, el regreso de Odiseo se hizo evidente, irrumpiendo en el palacio y desencadenando su venganza contra los pretendientes. Solo cuando Odiseo reveló un secreto íntimo sobre su lecho nupcial, confirmando su identidad, Penélope reconoció a su amado esposo; juntos vivieron años de felicidad, culminando una historia que da valor a los lazos nupciales.

Versiones alternas del mito

En una de las versiones, Odiseo acusa a Penélope de haber atraído a los pretendientes, lo que provoca su repudio por parte del héroe. Desilusionado, Odiseo la rechaza, desembocando en la decisión de Penélope a abandonar Ítaca, dirigirse a Esparta y luego a Mantinea, donde se cree que falleció. Se especula que su tumba se encuentra cerca de Mantinea, marcando el final de su historia en soledad y exilio.

En otra versión, se relata que fue seducida por Antínoo, uno de los pretendientes, y como consecuencia, Odiseo la devuelve a su padre, Icario. En esta versión, se afirma que Penélope fue madre de Pan, fruto de su unión con el dios Hermes. Sin embargo, una leyenda más sombría relata que Penélope fue seducida por Anfínomo, y debido a esto, Odiseo la ejecuta sin ningún tipo de piedad o misericordia.

El complejo de Penélope en la psicología

Acuñado por la psicoanalista Marie Langer, el complejo de Penélope revela una dinámica emocional compleja arraigada en la espera perpetua. Este fenómeno, frecuentemente asociado a la figura femenina, pero no exclusivamente, se materializa cuando la espera se convierte en el eje central de la existencia de alguien. Podría definirse como el aferrarse a la imagen de la persona ausente más que a la realidad, una situación que puede llevar a crear un mundo interior fantasioso, y a menudo reprimiendo la posibilidad de superar el apego emocional.

En política, el término también se aplica para describir la tendencia de un gobierno a deshacer o revertir lo logrado por su predecesor. Por otro lado, el síndrome de Ulises, paralelo al complejo de Penélope, pero asociado a hombres, describe una situación en la que un individuo se enfrenta a un regreso problemático tras un largo viaje o ausencia, cargado de desafíos y conflictos internos.