Telamón es una figura destacada en la mitología griega, conocido por su valentía y sus vínculos con algunos de los héroes más famosos de la antigüedad. Hijo del rey Éaco de Egina y de Endeide, Telamón creció en el seno de una familia real, pero su destino le llevó a formar parte de las grandes leyendas que han marcado la tradición mitológica. Fue uno de los Argonautas, al igual que su hermano Peleo, y participó en una de las expediciones más emblemáticas de los griegos. En su juventud, fue acogido por el rey de Salamina, donde finalmente ascendió al trono tras la muerte de su protector.
Fue padre de dos de los más grandes héroes de la guerra de Troya: Áyax el Grande, uno de los guerreros más destacados de la contienda, y Teucro, quien también participó en la guerra. La historia de su vida está marcada por sus relaciones familiares y sus vínculos con héroes como Heracles, con quien compartió varias aventuras, incluyendo la expedición contra Troya. Telamón es, por tanto, y como veremos en el siguiente artículo, una figura clave en la mitología griega, cuyas hazañas y descendencia dejaron marca en los relatos heroicos que han llegado hasta nuestros días.
La juventud del gran Telamón

En su juventud, Telamón cometió un acto que marcaría su vida y su destino: junto con su hermano Peleo, fue responsable del asesinato de su medio hermano Foco. El motivo detrás de este crimen varía en las fuentes, pero las consecuencias fueron claras: el destierro de ambos hermanos por parte de su padre, el rey Éaco de Egina.
Fue el rey Cicreo de Salamina quien ofreció asilo a Telamón y Peleo, dándoles no solo protección sino también su amistad. Agradecido por la hospitalidad del monarca, Telamón se casó con la hija de Cicreo, Peribea (en algunas versiones llamada Glauce), quien le dio un hijo, Áyax el Grande. Con el tiempo, Cicreo cedió el reino a Telamón, quien se convirtió en rey de Salamina tras la muerte de su suegro. En otras versiones del mito, Peribea es mencionada como la segunda esposa de Telamón, siendo la hija de Alcátoo.
Acompañando a Heracles en la expedición de Troya
Antes de que la famosa guerra de Troya tuviera lugar, Telamón participó en una expedición encabezada por Heracles para vengar una ofensa cometida por el rey troyano Laomedonte. La ciudad de Troya se encontraba bajo amenaza de un monstruo marino enviado por Poseidón, que devastaba la ciudad y devoraba a las jóvenes troyanas. Cuando le tocó el turno a la princesa Hesíone, hija de Laomedonte, Heracles y Telamón ofrecieron su ayuda para salvarla, a cambio de unos caballos divinos que Laomedonte poseía. Estos caballos habían sido un regalo de Zeus a su ancestro Tros, como compensación por el rapto de Ganimedes.
Heracles y Telamón mataron al monstruo y rescataron a Hesíone, pero Laomedonte rompió su promesa y no les entregó los caballos. Como castigo, Heracles y Telamón decidieron liderar una expedición contra Troya. Esta venganza culminó con la muerte de Laomedonte y la toma de la ciudad, durante la cual Telamón obtuvo a Hesíone como recompensa. Telamón la desposó, y juntos tuvieron a su hijo Teucro, quien más tarde sería uno de los héroes que lucharía en la guerra de Troya.
El asedio a Troya por parte de los griegos

Según la «Biblioteca de Apolodoro», Telamón fue el primero en escalar las murallas de Troya, lo que enfureció a Heracles, quien deseaba obtener ese honor para sí mismo. Heracles, en su ira, pensó en matar a Telamón, pero este reaccionó rápidamente al comenzar a construir un altar de piedra en honor al héroe. Impresionado por este gesto de respeto, Heracles desistió de su intención de matarlo.
Tras la caída de Troya, Heracles entregó a Hesíone, la esposa de Telamón, como premio por su valentía. Hesíone, agradecida, pidió llevarse consigo a su hermano Podarces, a quien habían capturado durante el asedio. Heracles accedió a esta petición, pero con la condición de que Hesíone lo comprara como esclavo, y ella cumplió pagando con un velo de oro. A partir de entonces, alguien cambió el nombre de Podarces a Príamo, el futuro rey de Troya. Más tarde, Telamón se enfrentó a una tragedia personal, cuando su hijo Áyax se suicidó tras la contienda. Telamón, devastado por la pérdida, expulsó a su otro hijo, Teucro, de Salamina. Se dice que la razón tras de esto es que Telamón culpaba a Teucro por no haber podido traer de vuelta a Áyax.

