En este momento estás viendo Iquelo y Fantaso: Los oniros hermanos de Morfeo

La mitología griega es un vasto tesoro de relatos y personajes que han influido en la cultura, la literatura y el arte a lo largo de los siglos. En este contexto, es posible que no hayas oído hablar con frecuencia de Iquelo y Fantaso, dos figuras menos conocidas pero igualmente fascinantes en este rico panteón. En este post, te invitamos a explorar el misterioso mundo de Iquelo y Fantaso, dos personajes que desempeñan papeles intrigantes en la mitología griega.

Iquelo es un dios menor del sueño, a menudo relacionado con las visiones oníricas y las experiencias nocturnas. Fantaso, por otro lado, es un dios de las visiones y las apariciones, cuyo nombre mismo sugiere la naturaleza etérea de su existencia. Aunque su presencia no es tan prominente como la de los dioses olímpicos, Iquelo y Fantaso desempeñan un papel significativo en la comprensión de la mente y la imaginación en la antigua Grecia.

A lo largo de este post, exploraremos su origen, características, roles en la mitología griega, los mitos en los que participan y su relevancia en la cultura actual. A pesar de su relativa oscuridad en comparación con otros dioses griegos, Iquelo y Fantaso ofrecen una ventana única hacia el mundo de los sueños, las visiones y la imaginación en la antigua Grecia, revelando la profundidad y la riqueza de esta antigua tradición mitológica. ¡Acompáñanos en este viaje para descubrir más sobre estos enigmáticos dioses del sueño y las visiones!

Origen y cualidades especiales de Iquelo y Fantaso

Iquelo es considerado uno de los dioses personificados del sueño. En la mitología griega, el sueño era una fuerza divina, e Iquelo personificaba este aspecto; a diferencia de su hermano Morfeo, Iquelo se encargaba de representar las pesadillas o profecías oscuras. Según algunas fuentes, Iquelo es hijo únicamente de Nix (la noche), aunque en los relatos de Cicerón a este se le asociaba también con Érebo (la oscuridad primordial) como su padre. Cabe destacar que los dioses eran quienes lo llamaban Iquelo, mientras los mortales se referían a este cómo Fobétor (El que asusta).

Por otro lado, Fantaso, al igual que sus hermanos, representa una experiencia específica en el mundo de los sueños. Fantaso tenía la capacidad de encarnar objetos inanimados en el mundo de los sueños, es decir, abarcaba objetos o cosas tales como las nubes, el agua o los árboles. Es por esta razón que se le relaciona constantemente con las fantasías o los sueños poco realistas, ya que tiene la capacidad de generar escenarios totalmente ficticios sin perder los tonos de «realidad».

Morfeo, Iquelo y Fantaso eran los llamados «oniros principales» bajo las órdenes de Érebo, los cuales se encargaban únicamente de los sueños de los reyes, héroes y seres de cierta relevancia para los dioses. Mientras tanto, los sueños de todos los mortales sin tanta importancia eran repartidos entre los 1,000 oniros restantes. Es importante destacar que, en la mitología griega, los dioses del sueño y las visiones son considerados seres menores que sirven bajo el mando de Hipnos. Morfeo, el más conocido de los dioses del sueño, tiene la capacidad de asumir diferentes formas en los sueños, mientras que Iquelo y Fantaso representan aspectos específicos de la experiencia onírica.

Mitos y relatos de los hermanos oniros

Los hermanos Oniros, también conocidos como las personificaciones de los sueños en la mitología griega, desempeñaron un papel intrigante en varios mitos y relatos. Aunque no son tan prominentes como los dioses olímpicos, su influencia se hace evidente en varias historias mitológicas. Por ejemplo, en un mito, Morfeo, el dios de los sueños, toma la forma de Alcipe, la amante de Ébalo. Ébalo, engañado por la apariencia de Morfeo, comparte con él los secretos de su esposa. Este relato destaca la capacidad de Morfeo para asumir formas humanas en los sueños y su influencia en las relaciones humanas.

Además, en la «Orestíada» de Esquilo, Agamenón sueña con un funeral que predice su muerte. Iquelo es el responsable de enviarle este sueño premonitorio. El sueño contribuye a la trama de la obra, ya que Agamenón regresa a Micenas y es asesinado por su esposa, Clitemnestra. Por último, aunque Fantaso es menos conocido en los mitos, su función como dios de las visiones y las apariciones en los sueños es evidente en numerosas narrativas mitológicas. Su papel consiste en crear las imágenes y escenas que aparecen en los sueños, lo que influye en las acciones y las decisiones de los personajes mitológicos y humanos.

Iquelo y Fantaso en la actualidad

La obra de Sigmund Freud y Carl Jung, dos influyentes figuras en la psicología y el psicoanálisis, ha explorado temas relacionados con los sueños y la psique humana. En este contexto, los conceptos de Iquelo y Fantaso se pueden ver como precursoras de la comprensión moderna de los sueños y las visiones como ventanas a la mente inconsciente.

De la misma forma, las representaciones de los sueños y las visiones en la literatura y el cine siguen siendo temas recurrentes. Obras literarias como «Sueño de una noche de verano» de William Shakespeare y «Las visiones de Cody» de Jack Kerouac exploran la naturaleza de los sueños y las visiones de manera similar a como lo hacían Iquelo y Fantaso en la mitología griega.

Para muchas personas, los sueños y las visiones siguen siendo objetos de estudio e interpretación personal. La práctica de la interpretación de sueños, que se remonta a la antigua Grecia, continúa hoy en día, y las visiones en sueños a menudo se consideran como posibles mensajes o revelaciones personales. A pesar de que Iquelo y Fantaso no son dioses prominentes en la cultura popular contemporánea, su legado perdura en la exploración de los sueños, las visiones y la imaginación en campos como la psicología, la literatura, el cine, el arte y la espiritualidad.