Tindáreo fue un reconocido rey de Esparta y padre de algunas de las leyendas más destacadas de la antigua Grecia. Según algunos relatos, fue expulsado del trono por su hermanastro Hipocoonte, quien lo despojó de su realeza y lo obligó a refugiarse en el reino de Testio en Calidón. Durante el exilio, Tindáreo se casó con Leda, madre de Cástor, Pólux, Helena y Clitemestra, los célebres hijos de los Dioscuros.
Heracles restauró a Tindáreo en el trono de Esparta, devolviéndole poder y prestigio tras su destierro. Además, en algunas versiones del mito, Tindáreo es mencionado como uno de los resucitados por Asclepio, el dios de la medicina, un reconocimiento que resalta su relevancia en las leyendas griegas. Así pues, veamos todo lo relacionado con la figura heroica de Tindáreo dentro de la mitología griega.
La llegada al trono y descendencia de Tindáreo

Tras la muerte de Ébalo, Hipocoonte se erige como rey de Esparta y expulsa a sus hermanos Tindáreo e Icario del trono. Estos buscan refugio en Etolia, donde son recibidos por el rey Testio, quien les ofrece protección. Durante su estancia en la corte de Testio, Tindáreo paga una considerable dote por la mano de Leda, hija de Testio y Eurítemis. Esta unión le permite a Tindáreo asegurar su lugar en la dinastía espartana, pero las tensiones con Hipocoonte y sus doce hijos no tardan en escalar. Heracles, al percatarse de la actitud tiránica de Hipocoonte, interviene y mata a él y a sus hijos, restaurando el trono de Esparta a Tindáreo.
La descendencia de Tindáreo y Leda incluye a varios hijos, pero es especialmente notable por las historias mitológicas que envuelven a sus hijos. Según algunas versiones, Cástor y Pólux, los Dioscuros, nacen de una relación entre Leda y Zeus, quien se convierte en un cisne para seducirla. En esa misma noche, Leda también concibe a Clitemnestra y Timandra con su esposo Tindáreo. Otra versión dice que Leda tuvo relaciones con Tindáreo y Zeus; Cástor y Clitemnestra con Tindáreo, y Pólux y Helena con Zeus.
A pesar de las diferentes interpretaciones, es innegable que la belleza de Helena, hija de Tíndareo, es legendaria, y su atracción sobre los hombres poderosos de la época marca el comienzo de una serie de eventos trágicos. Además, las hijas de Tíndareo, conocidas como las Tindárides, fueron objeto de escándalos y deshonras, y la fama de infidelidad persiguió a todas ellas, según los poetas de la época.
Acuerdo con los pretendientes de Helena
Preocupado por el futuro de su hija Helena y el caos que podría desatar la competencia entre los numerosos pretendientes que la cortejaban, Tindáreo decidió tomar una decisión que garantizara la estabilidad en Esparta. Tras el rapto de Helena por Teseo y Pirítoo, y su rescate, Tindáreo decidió resolver la cuestión de su matrimonio. Temía que los pretendientes no elegidos pudieran rebelarse, creando un conflicto para su reino.
En busca de consejo, Odiseo propuso una solución práctica: que todos los pretendientes juraran respetar el matrimonio de Helena, sin importar cuál de ellos fuera elegido, y que se comprometieran a apoyarla en caso de necesidad. Odiseo pidió, como compensación, casarse con Penélope si no era elegido esposo de Helena, y Tindáreo aceptó su solicitud.
Finalmente, los griegos eligieron a Menelao como esposo de Helena debido a su gran riqueza, lo que lo hacía el más apto para tal honor. Sin embargo, el juramento que los pretendientes habían hecho no fue en vano. Los grandes jefes griegos, al cumplir su compromiso con Helena, desencadenaron más tarde la guerra de Troya. Odiseo, a pesar de su amor por Penélope, participó en el conflicto por la promesa hecha al rey.
¿Qué sucedió con Tindáreo luego del acuerdo?

La muerte de Tindáreo, rey de Esparta, no está claramente definida en la mitología griega, y diversas tradiciones ofrecen distintas versiones sobre su final. Tindáreo vivió hasta una edad avanzada, abdicando del trono a favor de Menelao tras el matrimonio de su hija Helena, y murió de causas naturales. A partir de entonces, su figura se vuelve menos relevante, y se cree que vivió sus últimos años en paz, alejado de conflictos.
Sin embargo, otras versiones más modernas o especulativas sugieren que podría haber sido castigado por los dioses debido a su implicación en el Juramento de Tindáreo, que comprometió a los pretendientes de Helena y desembocó en la Guerra de Troya. Esta interpretación sugiere que las consecuencias trágicas de sus actos pudieron haber tenido un precio, aunque no se menciona explícitamente en versiones antiguas del mito.

