En este momento estás viendo Lestrigones, los gigantes devoradores de hombres

Los lestrigones son gigantes antropófagos que habitan la isla de Lestrigonia. Se dice que vivían en las costas de Sicilia oriental o en la isla de Cerdeña, aunque las ubicaciones varían según las fuentes. Los lestrigones son liderados por su epónimo, Lestrigón, y su historia se entrelaza con la de otros seres mitológicos temibles, como los cíclopes, con los que comparten ascendencia en algunas versiones de la mitología.

Estos gigantes son conocidos por su naturaleza salvaje y destructiva, ya que atacaban a los navegantes que se aventuraban cerca de sus costas. Su historia más famosa aparece en la Odisea de Homero, cuando Odiseo y sus hombres se encuentran con ellos durante su viaje de regreso a Ítaca. A lo largo de este artículo veremos como el mito de los lestrigones refleja el peligro que acecha en los rincones más remotos y oscuros del mundo conocido para los antiguos griegos.

Llegada de Odiseo a Lestrigonia

Cuando Odiseo y sus hombres llegaron a la isla de Lestrigonia, se encontraron con un puerto natural rodeado por altos acantilados, con solo una entrada entre dos promontorios. Decidieron anclar sus barcos muy juntos dentro de la bahía, aunque Odiseo, cauteloso, amarró su nave fuera del puerto, atada a una roca. Para explorar la isla, subió a una roca alta, desde donde apenas pudo ver un poco de humo ascender desde el suelo, lo que despertó su curiosidad.

Decidió enviar a tres de sus hombres, uno de ellos como heraldo, para que investigaran más sobre los habitantes de la isla. Los hombres siguieron un camino y, poco después, se encontraron con una mujer joven que les dijo ser hija de Antífates, el rey de los lestrigones. La mujer los condujo a su casa, pero al llegar, se encontraron con una gigante que resultó ser la esposa del rey. Al poco tiempo, Antífates apareció, dejando la asamblea de su pueblo. Al ver a los hombres, rápidamente los atacó, capturando a uno y devorándolo frente a sus compañeros.

El escape de último minuto gracias a los Lestrigones

Antífates desató un griterío que alertó a los demás gigantes, quienes comenzaron a perseguir a los hombres de Odiseo. Los lestrigones, con su tamaño colosal, lanzaron enormes rocas desde los acantilados, destruyendo las embarcaciones de la flota y sembrando el pánico entre la tripulación. Además, utilizaron garfios y arpones para capturar a los hombres, arrastrándolos como peces.

En medio de este caos, Odiseo, quien había anclado su nave fuera del puerto, logró escapar con su única embarcación intacta. Sin embargo, la mayoría de los barcos fueron destruidos y muchos de sus compañeros fueron capturados o asesinados. Solo unos pocos sobrevivieron a la devastación. Tras la fuga, Odiseo y su tripulación lograron llegar a la isla Eea, hogar de la hechicera Circe, en busca de refugio. Aquí encontrarían, por fin, un respiro después de la feroz embestida de los lestrigones. Pero, aunque la amenaza inmediata había pasado, aún quedaban muchos desafíos por superar en su largo y arduo viaje de regreso a Ítaca.