Descritos como un pueblo con características marinas, los telquines eran conocidos por su apariencia extraña: aletas en lugar de manos, pies de pescado y cabezas que se asemejaban a las de perros. Según la tradición, estos seres eran los primeros en habitar Rodas, antes que otras civilizaciones, como los autóctonos y los helíadas, lo que les confería una naturaleza casi primordial.
El nombre de la isla, Telquinís, proviene de ellos, lo que refleja su profunda conexión con la tierra que habitaron. Aunque los relatos sobre los telquines son escasos y a menudo inconsistentes, su figura se presenta en diversos mitos con un aura misteriosa y poderosa. Se les asocia con magia, control de los elementos y la capacidad de crear tormentas, lo que les otorgaba respeto y temor.
El misterio que rodea a los telquines es tal que, a pesar de su relevancia en los primeros tiempos de Rodas, no existe una tradición mítica establecida que los relate de manera coherente, lo que añade un toque de enigma a su figura en la mitología griega. Dicho esto, en este artículo hemos recopilado toda la información interesante relacionada con los Telquines, la cual veremos organizada en las siguientes secciones.
Los tutores de Zeus y Poseidón

Según la mitología, Rea confió a los telquines, junto con Cafira, la hija de Océano, la tarea de criar a Poseidón cuando aún era un recién nacido. En otras versiones, los telquines protegieron y educaron a Zeus en su infancia, llevándolo desde Frigia a Creta para resguardarlo y enseñarle. El vínculo de los telquines con los dioses se fortalece aún más con la relación de Poseidón con Halia, hermana de los telquines. De esta unión nacieron seis hijos varones, los «demonios orientales», y una hija, Rodo, quien dio nombre a la isla de Rodas.
Sin embargo, el destino de los telquines cambió cuando, tras predecir una gran inundación, abandonaron la isla y se dispersaron por diversas regiones. Uno de ellos, Lico, llegó a Licia, donde levantó un templo de Apolo Licio junto al río Janto. Los Curetes, aquellos telquines que acompañaron a Rea a Creta, protegieron y enseñaron a Zeus. Habitantes primigenios de Rodas, fueron clave en la formación de los dioses olímpicos y en la difusión de cultos como el de Atenea Telquinia.
Artesanos, magos y demonios dentro de la mitología griega
En un primer momento, el poeta Estesícoro los compara con las Keres y las skotóseis, entidades vinculadas a la oscuridad y la muerte. De acuerdo con este autor, los telquines eran seres rencorosos y astutos, capaces de provocar fenómenos naturales como tormentas, granizo e incluso nieve, emulando las habilidades de los magos, conocidos como góetes. Esta conexión con la magia los hacía temidos y respetados, pues su dominio sobre las fuerzas de la naturaleza era formidable.
Además de sus poderes sobrenaturales, los telquines fueron también reconocidos como grandes artesanos. Los telquines fueron pioneros en el uso de hierro y bronce, creando artefactos míticos como la hoz de Cronos y el tridente de Poseidón. En Rodas, los telquines introdujeron la escultura, creando estatuas de dioses, como el Apolo Telquinio en Lindo y las ninfas Telquinias en Yaliso.
A pesar de su habilidad y creatividad, los telquines fueron objeto de calumnias por parte de otros artesanos, quienes los desacreditaron, considerándolos facinerosos y hechiceros. Aun así, su influencia perduró a través de sus creaciones y el legado que dejaron en lugares como Chipre, Sición, Licia y Orcómeno, difundiendo sus conocimientos en metalurgia por todo el mar Egeo.
Desaparición de los Telquines

En los registros clásicos posteriores a la invasión, se los vincula con los mitos de la Atlántida, destacándose como una raza o tribu de inventores, artistas y magos, cuya influencia en la isla de Rodas y más allá fue indiscutible. Según algunas versiones, los helíadas, bajo el liderazgo de Cércafo y Cidipe, desplazaron a los telquines y fundaron ciudades en Rodas como Lindo, Yaliso y Camiro.
Algunas tradiciones apuntan a que se ganaron la ira de los dioses. Según Pausanias, Zeus los fulminó con un rayo, mientras que Nono sugiere que Poseidón los destruyó utilizando su tridente. Otras versiones, como las de Ovidio, afirman que su manipulación de fenómenos atmosféricos causó su destrucción, lo que enfureció a Zeus e inundó Rodas. A lo largo del tiempo, los telquines asociaron diversas ciudades, como Sición. Su legado terminó con su trágica desaparición, sumiéndolos en el olvido y dejando solo vestigios de su influencia en lugares y artefactos creados.

