En este momento estás viendo Paris: El hermoso hijo de Príamo y príncipe Troyano

La figura de Paris destaca como el bello príncipe troyano, cuyas elecciones desencadenaron una guerra épica. Bautizado con el nombre de Alejandro, el «Protector del varón», su destino estaba predestinado por la profecía que sugería que su nacimiento traería desgracia a Troya. Era un hombre con una excepcional belleza, razón por la cual recibió el título de «El de la hermosa figura».

Sin embargo, su renombre descansa principalmente por su elección en el célebre «Juicio de Paris«, donde otorgó la manzana de la discordia a Afrodita, desencadenó una cadena de eventos que llevaron a la famosa Guerra de Troya. Sumado a esto, su controversial rapto de Helena, la esposa de Menelao, provocó la furia de los griegos y selló el destino trágico de Troya. En este artículo, exploraremos la vida y las elecciones de Paris, cuya historia se desarrolla de manera fantástica en el universo de la antigua Grecia.

Nacimiento de Paris en la mitología griega

El nacimiento de Paris fue presagiado por sueños ominosos de su madre Hécuba, los cuales auguraban la destrucción de la ciudad. Antes de dar a luz, Hécuba soñó con una antorcha ardiente, una visión interpretada por el vidente Ésaco como la condena de Troya. El día de su nacimiento, Ésaco predijo que el niño debería ser sacrificado para salvar a la ciudad, una profecía que Príamo, su padre, desafió, perdonando la vida de Paris.

A pesar de las advertencias de la sacerdotisa Herófila, Hécuba y Príamo no pudieron cumplir con el oscuro decreto. En lugar de ello, Paris fue abandonado en el monte Ida, donde, milagrosamente, fue amamantado por una osa y salvado por el pastor Agelao. Criado como un hijo propio, Paris demostró desde temprana edad su valentía al derrotar a ladrones de ganado y proteger rebaños con destreza.

La revelación sobre su muerte y el «Juicio de Paris»

Como mencionamos anteriormente, Paris había sido abandonado y dado por muerto por sus propios padres quienes, en su honor, celebraban anualmente juegos fúnebres. Ya en su adultez, creyéndose muerto, participa en los juegos y, al ganar un toro, desata la furia de sus hermanos, los cuales consideraban que un simple pastor los había derrotado y humillado. Sin embargo, Casandra, dotada de poderes adivinatorios, reconoce la verdad y detiene a los indignados hermanos, otorgando nuevamente a Paris el título de hijo del Rey Príamo.

Por otro lado, la trama del Juicio de Paris se desenvuelve en el Olimpo cuando Eris, la Diosa de la Discordia, arroja una manzana de oro inscrita con las palabras «Para la más bella» en las bodas de Tetis y Peleo. Ante la disputa de Hera, Atenea y Afrodita sobre quién merece el título, Zeus decide que Paris, un príncipe troyano, sea el juez. Con la intervención de Hermes, las tres diosas se presentan ante el príncipe, cada una ofreciéndole un tentador soborno. Hera le promete soberanía sobre el mundo, Atenea le ofrece invencibilidad en la guerra, y Afrodita le asegura el amor de Helena, la mujer más hermosa.

Rapto de Helena por parte de Paris

A pesar de las advertencias del vidente Héleno sobre las consecuencias funestas para Troya, el rey Príamo aprobó la expedición de Paris hacia Lacedemonia, donde vivía su tía Hesíone. Según algunas versiones, una vez en Esparta, Paris llegó durante la ausencia del rey Menelao, y con la intervención de Afrodita, conquistó el corazón de la reina espartana, la cual se fue bajo su propia voluntad. No obstante, otras versiones del mito afirman que Helena no se enamoró de Paris, sino que fue raptada.

Durante su huida a Troya, Paris y Helena se llevaron consigo grandes riquezas, pero dejaron a la hija de Helena, Hermíone. Una tempestad provocada por Hera hizo que el barco se desviara a Sidón, donde los troyanos saquearon la ciudad. Al llegar a Troya, los ciudadanos no aceptaron inicialmente a Helena, considerándola una afrenta al rey Menelao. A pesar de las protestas, la familia real troyana decidió que Helena podía quedarse en Troya junto a Paris, marcando así el inicio de la guerra de Troya.

Intervención y muerte en la Guerra de Troya

En la Guerra de Troya, Paris desempeñó un papel significativo, demostrando ser un hábil arquero. La guerra se desencadenó cuando Menelao, al descubrir el rapto de su esposa Helena por parte de Paris, reunió una gran flota para conquistar Troya. En la llanura, Paris desafió a Menelao en un duelo, determinando que el ganador se quedaría con Helena. Aunque Paris resultó herido, fue llevado a las murallas por Afrodita, evitando su muerte.

Por un lado, algunas versiones sugieren que Paris fue el responsable de la muerte de Aquiles, disparándole una flecha en el talón, su único punto débil. Otras narrativas afirman que efectivamente mató a Aquiles, pero con la espada de Apolo, o incluso que fue el propio dios quien disparó la flecha mortal. Sea como sea, la guerra tuvo un destino sombrío para Paris, pues durante la contienda, Filoctetes, armado con el arco de Heracles, disparó una flecha mortal que alcanzó al príncipe troyano, dándole muerte en el campo de batalla.

En su lecho de muerte, Enone, el primero amor de Paris, inicialmente se negó a ayudarle, resentida por haber sido abandonada. Posteriormente, arrepentida, corrió en su búsqueda, pero llegó demasiado tarde: el príncipe ya había fallecido. Por último, en un acto desgarrador, Enone se suicidó arrojándose sobre la pira en la que se incineraba el cuerpo de su amado.